EL FUTURO DE I+D+i EN ESPAÑA

La competencia en la economía mundial ha aumentado vertiginosamente en el último cuarto de siglo debido a la creación de espacios de libre comercio, el intento de disminuir las barreras arancelarias mundiales o la incursión en panorama internacional de los nuevos gigantes económicos como son China, Brasil o India.

Las economías de los países desarrollados ya no pueden competir con estas nuevas súper potencias en los mercados de bienes intensivos en mano de obra. Nuestras empresas deben centrar todos sus esfuerzos en productos de alta calidad, alta tecnología y en especial en tecnologías del conocimiento, en investigación y desarrollo, en la innovación, en conclusión en el apoyo y desarrollo tanto económico como institucional de las ideas.

España no es ajena a esta realidad, habiéndose concienciado de la necesidad de innovar, y haber intensificado las ayudas y  fomentado las empresas enfocadas a I+D+I.  España ha aumentado en un 174% en la última década su inversión en I+D+I suponiendo un 1,35% del PIB, sin embargo sigue estando alejada del 2% fijado como objetivo para el 2010,  del 3% fijado en la Agenda de Lisboa y la media europea 1,85% en 2009.

Según un estudio de EAE Business School Castilla y León es junto con el País Vasco y Navarra, una de las comunidades autónomas que mayores esfuerzos ha realizado en I+D+I, teniendo un porcentaje de Intensidad de Innovación superior a la media nacional (1,23 frente al 0,8 de media nacional).

Estos datos no son por casualidad, ya desde el año 1983 se han ido aprobando medidas encaminadas a potenciar este sector, pero no es hasta el año 1997 cuando comienza a diseñarse políticas globales en I+D+i con la aprobación del plan tecnológico nacional  (1997-2001) que ha sido sucedido por 2 posteriores. Sus resultados han sido la creación de 6 centros tecnológicos, se ha creado una red de empresas innovadoras, 4 universidades públicas y 3 parques tecnológicos.

Según el informe de la Fundación Genoma “Relevancia de la Biotecnología en España 2011”, la biotecnología en España tiene una relevancia científica muy alta y sus trabajos tienen cada vez mayor repercusión internacional. De hecho, en el año 2010, España aportó el 3% de la producción mundial en biociencias y el 9,9% de la producción científica europea y se situó en la cuarta posición del ranking de la UE, sólo por detrás de Alemania, Reino Unido y Francia. Cabe destacar que el 5% de las inversiones encaminadas a la investigación y desarrollo de la biotecnología son aportadas por nuestra región por empresas como INBIOTEC, BIOCARBURANTES, CYTOGNOS, KUVIER THE BIOTECH COMPANY, …

El informe de la Fundación Genoma destaca que la facturación de las empresas biotecnológicas españolas crece el 23% anual de media y en 2010 se situó en 1.429 millones de euros, lo que supone el 0,13% del PIB, de los que más del 6,6% corresponden a empresas radicadas en Castilla y León.

Uno de los 3 parques tecnológicos anteriormente citados está siendo construido en la provincia de Burgos. Burgos es una ciudad con un peso del sector industrial del 25%, muy superior a la media, con 3 grandes polígonos industriales más el parque tecnológico anteriormente citado. Es por ello que en Burgos el 51% de la inversión en I+D+i está enfocada a la producción. Entre las empresas destacadas podrían citarse a GRUPO ANTOLÍN, NICOLÁS CORREA, CAMPOFRIO y TRANSFORMADOS SIDERÚRICOS.

Para potenciar la innovación en este y otros sectores se han creado en los últimos años asociaciones como A.B.I. o SODEBUR cuyos efectos ya son palpables. Su objetivo se centra en fomentar la inversión no solo en Burgos ciudad sino también en provincia. mediante subvenciones, asesoramiento e incentivos a la innovación.

Según el presidente de SODEBUR, Ángel Guerra, la apuesta de la diputación por la innovación ha tenido como resultado la creación de 214 empresas mercantiles generadoras de 684 puestos de trabajo en la provincia. Sin embargo se han desaprovechado muchas de las ayudas debido no a carencias de la provincia de apoyo institucional y económico, sino por falta de empresas generadoras de ideas y soluciones innovadoras.

En conclusión, es cierto que España, Castilla y León y otros Comunidades han comenzado a solucionar este problema estructural de la economía nacional, sin embargo todavía queda un largo camino que recorrer con reformas por abordar, que hagan más atractiva la inversión en I+D, se conciencie a las empresas de su necesidad, se potencie una educación creativa y se faciliten los medios para la creación de una red de investigación nacional con el fin de potenciar el desarrollo de las ideas que carecemos.