Cambio Climático Global (II)…en el medio marino

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El incremento del CO2 atmosférico presenta un desfase con respecto al incremento de la temperatura de la Tierra. Este argumento ha sido utilizado por negacionistas del cambio climático, para defender la idea que el calentamiento global no está relacionado con el incremento del CO2. Sin embargo, con este argumento se pretende ignorar el hecho de que lo que provoca el incremento de temperatura del aire es la cantidad acumulada de CO2 en la atmósfera y no necesariamente su tasa de emisión. El incremento total de CO2 en la atmósfera desde la era industrial, ha estado amortiguado en parte no sólo por la vegetación terrestre sino también por las aguas marinas y oceánicas que absorben hasta una cuarta parte del exceso de CO2 atmosférico y lo transportan hacia el fondo. Lo alarmante es que tanto los mares y océanos, así como las plantas terrestres están llegando a su nivel de saturación de CO2, con lo cual perderán su capacidad de amortiguar el exceso de CO2 atmosférico y en consecuencia, se podría acelerar el cambio climático (Peñuelas et al., 2017).

El incremento de CO2 en el agua de mar implica también un incrementado en su acidez, con lo cual se genera una reducción en la disponibilidad de iones carbonatos, que pone en peligro la vida de organismos que fabrican estructuras calcáreas como corales, esponjas, erizos, moluscos y organismos microscópicos como los cocolitofóridos. Bien es cierto que mientras unos organismos sufren los efectos negativos de la acidez del agua, otros parecen resistir dichos cambios y fortalecer sus estructuras, como cangrejos y gambas, pero ello no compensa, por ejemplo, la desaparición de arrecifes que ya se puede observar.

Al tiempo que se acidifican los océanos por el incremento en la concentración de CO2, también acumulan calor procedente de la atmósfera, lo cual ha sido especialmente observado a partir de la década de 1980. Por ejemplo, existen registros que indican que el mar Mediterráneo se está calentado de manera sostenida. Además, los registros indican que el mar también se está salinizando debido al incremento de evaporación del agua que supera la precipitación y el aporte de los ríos (Schroeder et al., 2016). Localmente y de manera alarmante, también se han expuesto datos de la zona costera cercana al cañón submarino de Blanes (Bahamon et al., 2011), que sugieren una aceleración del incremento de la temperatura del agua sobre la plataforma costera del mar Mediterráneo de cerca de medio grado centígrado en los últimos 4 años.

Otra consecuencia del incremento de la temperatura del agua, es la expansión térmica del agua, que sumada al deshielo, han hecho aumentar el nivel del mar a escala global, una media de 2 mm por año entre 1961 y 2003 (Bindoff et al., 2007) y de 3 mm por año entre 1993 y 2007 (Cazenave and Llovel, 2010). De hecho, algunos estudios sugieren que el nivel del mar puede aumentar entre 0,5 y 1,2 m al final de este siglo (Cazenave and Llovel, 2010). Existen reportes que el nivel del mar Mediterráneo en la zona costera catalana ha aumentado cerca de 3,4 mm por año desde 1990 (Vargas-Yáñez et al., 2008).

OTRAS EVIDENCIAS

Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en España, los veranos se han alargado en una tasa media de un día por año en los últimos 10 años, aunque dicho incremento es irregular, llegando a tasas de incremento de dos días por año en algunas ciudades. Sin embargo, en otras ciudades, se ha observado un decrecimiento del número de días de verano.
El 10 de agosto de 2017, el CSIC publicó un artículo científico afirmando que España es el segundo país, después de China, que más olas de calor ha tenido en los últimos 40 años. Este estudio confirma además que en nuestro país no solo ha aumentado la frecuencia, sino que también la duración (4 días) es mayor en comparación con las olas de calor en China (3-4 días), estando por encima de la media de tres días.

El Niño es otro ejemplo de fenómeno relacionado con el cambio climático, que se caracteriza por el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial y que provoca una serie de anomalías a nivel global, tales como el incremento del régimen de lluvias en las costas del Perú y Ecuador y eventos de sequía en el sudeste asiático (Cai et al., 2014). El incremento en el planeta de la frecuencia de fuertes precipitaciones o veranos más largos e intensos (Fisher and Knutti, 2015) a consecuencia del cambio climático, en definitiva, marcan una nueva era de tiempo meteorológico extremo. Dichas condiciones extremas, cuando se trasladan también al mar y océanos, producen graves consecuencias tales como la mortalidad masiva de organismos marinos como esponjas, cianobacterias (Cebrián et al., 2011) y organismos invertebrados (Garrabou et al., 2009), entre otros efectos.

Próximo artículo. Cambio Climático Global (III): Tendencias e irregularidades.

Por Nixon Bahamona
Nixon es investigador del Instituto de Ciencias del Mar y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CSIC) y se dedica especialmente a la monitorización del medio ambiente marino y ecología estadística.